El amor asociado a la felicidad consiste en buscar el bien del otro por delante del propio y se acompaña de sentimientos y emociones positivos como la paz, la tranquilidad, la alegría, la confianza… Pero en las relaciones amorosas muchas veces se nos cuelan emociones y sentimientos caracterizados como negativos, porque son desagradables y nos hacen sufrir (el odio, los celos, la envidia, la ira…).
Interferencia de sentimientos negativos
Uno de los sentimientos negativos que más cuesta reconocer en uno mismo es la envidia, pues nos hace sentir inferiores. Resulta difícil decir: “Tengo envidia” e intentamos camuflarla de mil maneras.
Como explica el Dr.Fernando Sarráis, la envidia es un sentimiento que surge cuando el otro tiene algo que yo no tengo y deseo, porque lo considero bueno y valioso y pienso que me hará digno de ser valorado y querido por los demás. Considero que así seré más feliz. Al envidiar se sufre por el bien ajeno y esto provoca un sentimiento de inferioridad que genera tristeza, frustración, miedo al rechazo, ira… La envidia se manifiesta también por la alegría que produce los defectos de los demás, al hacernos sentir superiores y valiosos.
No podemos confundir la envidia con los celos, pues éstos manifiestan el temor por perder el amor de alguien a quien se quiere ante la llegada de un tercero que le trata bien o por quien muestra interés.
Los celos aunque no siempre son sanos, son sentimientos más aceptados socialmente, pues se nos presentan como protectores de la relación y nos sentimos con derecho a padecerlos, pues cuidamos lo que amamos.
La cultura actual, enormemente materialista, sugiere que “el tener” y el éxito social y profesional son condiciones esenciales para la felicidad y fomentan una competitividad que conduce en muchas ocasiones a la frustración, al fracaso y a la infelicidad. La envida es una emoción que puede resultar mortal en una relación amorosa.
Envidia sana y envidia patológica
Cuando la envidia se da de forma aislada y esporádica en la relación, no hay que generar alarma pero aumenta su gravedad cuando este comportamiento se hace habitual.
El Dr. Sarráis explica que la envidia puede presentar una forma normal (envidia sana) que motiva a esforzarse para conseguir eso valioso y bueno que admiramos en los demás, para sentirnos valiosos, buenos y dignos de ser queridos.
Pero, cuando tiene mayor intensidad o se hace muy habitual, la envidia puede presentar una forma patológica que lleva a la persona a desear de modo obsesivo las cosas valiosas de los demás, a utilizar el medio que sea para conseguirlo y a desanimarse y frustrarse cuando no lo obtiene.
La persona que envidia busca humillar a la envidiada pues no soporta sentirse inferior y teme no ser querida por ello.
En el amor no podemos ver a la otra persona como una competencia y sufrir por sus éxitos sino que se busca el bien de la persona amada y en sus logros baso mi felicidad. A diferencia del verdadero amor, el amor envidioso es controlador, posesivo y exigente,
Actitudes que manifiesta el que envidia
No siempre resulta fácil identificar la envidia en las relaciones, pues adopta formas que dificultan su reconocimiento. Detrás del malestar que producen los logros del otro se esconden problemas de inseguridad y temor al fracaso.
- El que envidia procurará obstaculizar los planes del otro bajo el aspecto de bondadosos consejos “No dediques tanto esfuerzo a eso porque no te va a salir” “Se va a notar que no sabes suficiente así que es mejor que no te presentes para no hacer el ridículo”
- Cuando tu pareja te envidia se convierte en tu peor crítico, encontrando pegas en todo lo que haces. “Está bien pero…”
- No reconocerá tus logros, minimizará el valor de tus éxitos (“Si tú eres la mejor eso es que el nivel no es muy alto”; “Ese premio está bien pero no tiene mucha repercusión”) haciendo ver que no tienes mucho mérito porque el resultado no ha dependido tanto de ti, como de la suerte o de las influencias que tienes (“Supongo que te han dado el trabajo porque el director es amigo de tu familia”) o cambiará de tema para no dar importancia a tu prosperidad. Todo esto lo hace con el fin de demostrar que tus éxitos no son tan importantes como a ti te parecen.
- Le cuesta felicitar por lo bueno y tiende a cuestionarse cómo has llegado a conseguir lo que admira.
- Manifiesta un rechazo desproporcionado hacia tus cosas: tu familia, tu trabajo, tus amigos… para que todo parezca peor de lo que realmente es, sintiéndose así superior y digno de ser querido.
- Cuando muestras satisfacción por un logro tu pareja se encarga de quitarte la alegría sacando otro tema.
- El envidioso no soporta el éxito pero disfruta de los errores y fracasos por lo que ante cualquier error, lo exaltarán de forma notoria. Eso les hace sentirse superiores.
- A medida que vas progresando va empeorando la forma de tratarte.
- Intenta dejar claro públicamente cada vez que puede que no todo en ti son virtudes y tiende a criticarte sutilmente utilizando muchas veces la ironía
Para superar la envidia
- Lo primero que tenemos que hacer para acabar con un sentimiento negativo como la envidia es reconocerlo y analizar los daños que produce en ti mismo (sentimientos de frustración, inferioridad, tristeza, ira…) y en el otro.
La persona envidiada no debe dejar que la valoración de sí mismo dependa de la opinión del otro, entendiendo que es víctima de la envidia de su pareja. Las personas con baja autoestima resultan muy vulnerables a las críticas, pues necesitan la aprobación de los demás.
- Fomentar la confianza en uno mismo. Conocernos bien, para poder sacar el máximo provecho a nuestras cualidades y ser consciente de nuestras limitaciones, sin sentirnos por ello inferiores. Lo mejor para enfrentar la envidia es centrarnos más en lo que tenemos disfrutando de las cosas pequeñas y no fijarnos tanto en lo que deseamos del otro, que nos entristece y bloquea.
- Saber escoger adecuadamente a la otra persona. Una gran desigualdad (económica, social, intelectual…) puede dar lugar a una eterna competencia que genera frustración y que puede llevar al desamor.
- Neutralizar el sentimiento negativo. Los sentimientos negativos que acompañan a la envidia se neutralizan con sentimientos del signo contrario. Por este motivo hay que intentar alegrarse de los logros de tu pareja sintiéndolos como propios. En el noviazgo o en el matrimonio tu pareja no es tu rival; su éxito es tu éxito.
- Evita las comparaciones. Establece retos personales en relación con tus habilidades y circunstancias personales, no compitiendo con el otro. En lugar de ver a tu pareja como una competencia amenazadora es útil verlo como referente, utilizando lo que te produce admiración como motivación para mejorar.
- Ten una visión más amplia de la realidad: hay cosas en las que el otro destaca más que tú y otras en las que presenta carencias y tú no.
Es necesario analizarse porque la persona envidiosa puede resultar muy tóxica en la relación amorosa. ¡ÁNIMO!
Te recomiendo un artículo que me inspiró para relacionar la envidia con el amor: Tu envidia es tan solo amor (pincha aquí). Es de Elena Arnáiz Ecker, gran profesional, psicóloga, Consultora de Desarrollo de Personas y RRHH, conferenciante y gran amiga mía.
Natalia, que de acuerdo estoy con que la envidia mata!!
No te deja disfrutar de lo que tienes y te amarga al pensar lo que podría ser «»si tuvieras.»»
Trabajar para ahuyentarla de nuestras familias es un esfuerzo con recompensa segura.
Muchas gracias por tu aportación Alicia!! Estoy contigo en que hay que trabajarlo en las familias.
Un abrazo
Natalia
en este momento siento que le tengo envidia a mi pareja, llevamos 5 años juntos y me causa mucha fustracion como el tiene tantos amig@s que siempre lo llaman, lo visitan, estan pendiente de el, sus familiares y mis propios familiares lo exaltan y lo defienden en todo y yo siempre he sido una persona muy sola, de muy pocos amigos, ahora su familia me rechaza y no quiere que yo asista a reuniones en donde solo lo invitan a el, con mi familia ha pasado igual, siento que prefieren la compañia de el que la mia e incluso cuando el no va a las reuniones lo llaman y le escriben para que vaya aun cuando yo estoy ahi. que puedo hacer en ese caso ya que siempre me siento como una sombra detras de el.
Hola Carolina!La envidia en las relaciones se da con mayor frecuencia de lo que parece. Lo más difícil es detectarla. Una vez detectada se trata de trabajarla. Amar es buscar el bien del otro por delante del propio, y eso cuesta. Si realmente lo quieres, el objetivo tiene que ser sacrificarte para buscar su bien. Y el sacrificio duele.
Si realmente quieres a tu novio, tienes que trabajar el alegrarte por las cosas que le vayan bien. Tienes que aprender a disfrutar de sus éxitos y así serás feliz viéndolo feliz. Otra cosa es que puntualmente te sientas triste porque el ver su éxito te hace reconocer tus carencias. Eso es normal. Se trata de trata de aprender a disfrutar con sus cosas buenas e intentar reconocer las buenas que tú tienes. Que él brille no implica que tú no. El que a la gente le gusta que esté en los sitios, no quiere decir que a ti no te consideren estupenda. No eres su sombra. Es muy agradable saber que tienes un novio con el que los demás quieren estar. Querrán estar también contigo. ¡Es mucho peor lo contrario! Disfrútalo Carolina porque si lo quieren es porque es buena persona y hará que tú brilles todavía más. El equipo suma.
Otra cosa es que te duela que su familia te rechace. ¡Eso es lógico! Y no tiene nada que ver con la envidia…
Te recomiendo hablar con él de todo esto, contarle lo que te hace sentir la situación.